La empresa se fundó el 22 de noviembre de 1994 y su primer establecimiento tuvo un gran recibimiento por parte de las personas. Incluso, se volvió un lugar constante para reunirte con amigos a tomar un café.
Algo muy poco visto en el país, hasta la llegada de Espresso Americano; dado que no existían muchos lugares en los cuales hubiese buena calidad de servicio a bajos precios.
Debido a la aceptación y ganancias que recibió el negocio con su primer establecimiento en Tegucigalpa, un par de años después de la inauguración del primer negocio, la empresa decidió invertir y construir otro Espresso Americano en San Pedro Sula.
Es así como lograron afianzarse en el mercado, siendo una de las nuevas empresas más exitosas en Honduras, obteniendo mucha más demanda de la que llegarían a pensar que tendrían.
Y para no desaprovechar la oportunidad, siguieron invirtiendo en más materia prima para mejorar el negocio. Pero sin lugar a dudas, uno de los puntos clave para que la empresa siguiera en “el top” fue la diversidad: Nunca se estancaban en un mismo tipo de café.
De hecho, la empresa constantemente innovaba con nuevos tipos de café, mezclándolo con sabores exóticos e ingredientes que le daban un estilo único.
Espresso Americano «siguió en la punta del iceberg», y supo manejar bien las ganancias que traían los negocios.
Y cada oportunidad que tuvieron, la aprovechaban para abrir más establecimientos. Estimándose que actualmente hay más de 180 locales en toda Honduras, además de uno que otro en E.E.U.U.
Hoy en día, este es uno de los negocios más aclamados por el pueblo hondureño y es costumbre observar desde jóvenes a personas adultas, tomando su café favorito por las mañanas, antes de partir al trabajo.
